Lo que sigue es cortar nuestras cuerdas vocales y meterlas en el teclado de botones triangulares. Sólo recuerda: no sé quién eres, no sé qué quieres, pero toda mi vida pensé que eras algo extraño; algo así como una muela en jugo de limón o como la destreza del esfero al escribir
sábado, 19 de diciembre de 2015
Aminta
Todavía esos gritos
que en las flores se impregnan,
esos llantos desterrados en la tenue brisa de abril,
resuenan.
Un olvido omnipresente,
descendente
risa oscura de la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario