Aquellos que tienen brillo en su mirada de grandeza son seres infelices de una sola pierna.
Por eso es tan difícil ser auténticamente grande. ( en el sentido más simbólico del caso)
Para sobresalir es casi necesario mutilarse.
Mutilarse con el cerrucho que veta a los emprendedores de las dimensiones que no dearrollan su campo estrella.
No se trata de estrellas fugaces, aunque algunos borran momentáneamente las estrellas aledañas de la constelación que los configura como seres humanos.
Se trata de anular con el brillo de la estrella mayor el de las estrellas más pequeñas.
Cuando se es grande se llega al desequilibrio
Se siente eterna nostalgia hacia aquellas estrellas menores, pero se brilla cada vez más con mayor intensidad.
Los demás contemplan a los grandes con gran admiración y piensan "quisiera ser comoél/ella"
Preferimos ser felices, o prefieren ser felices, o almenos tener la oportunidad de ser felices, a cortarse todo un órgano, dimensión o partícula y correr el riesgo de no brillar.
A la hora de tirar el dado de la grandeza existe el 99,99999% de quedar ciego hacia la belleza, sordo ante los consejos, escindido de los seres más amados, triste o eternamente fugitivo
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