viernes, 18 de agosto de 2017

Artista

Espero a que sus ojos se enfoquen en mi mirada.
Una mirada lenta que nunca llega.
Miradas que solo son voces y gritos
Miradas a los celulares, que se ocultan debajo de la mesa cuando intento hablar.

Espero algún día enseñar algo
Hacer crecer sobre el aire y la nada la comprensión y  el respeto.
Y no desde el grito y la intimidación corporal.

Exigir un poema cuando yo misma no lo escribo. Cuando yo misma como tostacos, en lugar de ser una artista que da vueltas en el aire y con gracia cae sobre el papel y la palabra.

Cómo exigir respeto cuando yo misma atento contra mi cuerpo y bajo la voz en los transmilenios, y guardo silencio si soy violada, ultrajada, si se me trata mal.

Cómo exigir respeto, cuando este mismo no parte desde adentro.

Cómo pensar en empatía, cuando a veces solo anhelo desde el alma que el otro se diluya en las inmensidades de la ciudad, y permanecer por siempre sola en un cubículo de vidrio; llorando porque estoy sola, pero a la vez agradeciendo que la sangre no corre por mis venas de la manera que lo hace cuando los tengo cerca.

Cómo exigir que se me escuche cuando quiero ser olvidada en un parpadear. Cuando pienso y recreo la futura escena en mi cabeza de las cortinas en la mañana corriéndose, y del pequeño cadáver colgado en el armario. ¿Cómo exclamar entonces que todos somos parte de un sistema? Cuando las consecuencias económicas y afectivas sobre el final de mi vida parecen tenerme sin cuidado.

Cómo soñar con camaradería cuando a duras penas sé lo que es una amiga lejana. Y cómo exigir soñar, cuando día a día, desde mis más simples acciones, no logro salir del libreto establecido.

No sé cuánto duraré entonces. Si a simple vista todas las sesiones son relajo, gritos, maquillaje, blasfemias y descontrol. Y de fondo, hay solo alguien que pronuncia palabras, mentiras, como es todo lo de los humanos, por más que padezcan de este problemita de sinceridad que aqueja a los grandiosos. Alguien que pronuncia palabras mentirosas sobre el respeto, y que sueña que con tanta mentira, todo esto finalmente se vuelva  retahíla de todas las mañanas, y sin pensarlo, de pronto, alguien ya no quiera suicidarse más, y el otro, le pida al vecino que haga silencio por favor, sin gritarle.


Y al final, todas las noches, y en los carnavales, cuando lo reprimido sale a flote, entonces los débiles nos matemos y los otros se ataquen con cuchillos y puñales. Y Dios desde arriba sepa que todo lo ha hecho perfecto.

1 comentario:

Hey Joe dijo...

y si tu voz siempre me llega como un viento que sopla fuerte hacia las velas que lleva mi barco. te queria leer y te encontre justo hoy como si supiera que estabas alli haciendo lo tuyo. siempre es bueno leerte.