Lo que sigue es cortar nuestras cuerdas vocales y meterlas en el teclado de botones triangulares. Sólo recuerda: no sé quién eres, no sé qué quieres, pero toda mi vida pensé que eras algo extraño; algo así como una muela en jugo de limón o como la destreza del esfero al escribir
sábado, 8 de febrero de 2014
La pérdida de mi casa
Ya no pensaba lo mismo que ayer, pero había firmado los papeles.
Qué triste es vivir en un mundo de compromisos cuando tu ánimo fluctúa de extremo a extremo cada día.
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