jueves, 28 de noviembre de 2013

A Blanqui

Creo en Blanqui.
A veces simplemente siento cómo pasa eso que pasa en otro mundo.
En otra yo, que soy yo misma, sin tener exacta exactamente mis mismísimos átomos.

Creo en Blanqui, porque cierro mis ojos, y siento cómo en ese otro mundo... pasa.

Créeme que en ese otro mundo el estrés de hoy es inmensidad, un segundo de limón que se perpetúa por siempre... en un espacio lejano y concreto todo tiene lugar.

Como una mirada se vuelve infinita
y un instante taciturno deja de tener razón.
Cómo en ese otro mundo lo inasible se anastomosa y lo opuesto se repara.

Cómo en ese otro mundo los caracteres ya no tienen lugar en la irritación y temor, sino que cada uno es otra oportunidad para olvidar aquella atmósfera circundante y creer que ahora todo es totalidad.

A veces, es casi imposible no creer en ti, querido Blanqui del libro azul.

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