sábado, 11 de mayo de 2013

Tratamiento del Dolor y la vida

uno , dos, tres, tomo aire...
uno dos, tres....
Las manos me tiemblan, saco los papeles, quiero que suene lo mejor posible.
Estoy muy nervioso.
En sus marcas, listos, fuera...
uno dos tres:
¡hola! hace mucho queríamos decirte que lo sentimos mucho, de verdad discúlpanos. Nunca te dijimos la verdad, y, aunque es tarde podemos decirte que lo sentimos, en serio (una lágrima se asoma, una lágrima se asoma, que no piensen que soy gay). Venimos con nuestros mejores deseos, a darte un abrazo cálido, y el apoyo que ahora necesitas...
Sabemos que no es fácil haber llegado a una ciudad tan sucia, y bueno, solo queríamos decirte que los años han reparado las heridas y ahora queremos pedirte perdón. Tanto yo como ella. Lo sentimos por tu hijo, lo sentimos por el frío, lo sentimos por haber abusado de nuestro poder, lo sentimos por ser falsos, lo sentimos por generar que todos en tu familia mueran de pena moral, lo sentimos, ¿pero qué se puede hacer sino seguir la vida? ¿sino restarle importancia y sonreír cuando pensamos en aquellos universos paralelos en donde todos están vivos? ¿sonreír ante nuestra resiliencia de espinacas?¿qué más podemos hacer a parte de pedirte perdón ahora que las heridas han sanado? y es que lo sentimos profundamente. Tanto ella, como yo. Te lo garantizo, es más, ella quiere hablarte.
¿cierto, ella? (elipsis microsecuencial)
-Sí, perdón, chao.
Y colgó el teléfono.
-¡Pensé que querías pedirle perdón!
-Y así es.

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