domingo, 26 de agosto de 2012

RETAZOS

Dejar de mencionarme en cada detalle pasmado. Cuando su rostro petrificado en la inmediatez del instante logró para siempre inmolar los recuerdos, cuyas alas habían desaparecido a causa de una detonación falaz, la ventana todavía estaba abierta.
Las gotas de lluvia parecían parpadear sobre la empalagosa ficción de la memoria, entraban formando ángulos de restringidas amplitudes, mientras descubría que ya no estaba allí y que hace mucho tiempo se había ido.
Comprendo ahora el olvido en el aire que  ya no adorna mentalmente átomos y fracciones mediadas por la lengua romance.Ahora, en los alpes andinos, suelen derramar  ciruelas en la alfombra natural que rodea su cabeza. Tacna, quién sabe dónde estés ahora.
Siento su olvido entendible para siempre y lejos de una abstracción temporal. Cada pieza que abordo padece la pusilanimidad de unos movimientos cuasi métricos (chambones) que anhelan con menor ahínco incluso, ser destruidos.

1 comentario:

Gerardo Bermudez dijo...

This is cool. One of those I have to read a few times....keep on writing! Less of a regular visitor recently, but still here from time to time. C U guys soon!!!