Son solamente 20 cuando se asume el fracaso y la pérdida de átomos. Antes no. Antes se quiere volar entre pañales, antes se juraba la simple posibilidad de la magnanimidad de la mariposa.
Antes asusta el abismo, el lodo. Pero cuando hay 20, cuando hay 20 se sabe lo que es la bazofia misma, y se piensa con indiferencia, bajo un palo que aplastó nuestro cráneo contra el suelo, sepultados hoy yacemos, sangriento todo alrededor, impacto, tragué la carne cruda, transgredí con las encías un feto enlatado, porque hay 20.
Cuando no se perfora de dolor al ver comparaciones, porque se sabe que se es carne de gusano, o carne de cañón de antemano, se tienen 20. Antes no. Antes la alternativa de la perfección acecha.
Cuando se ven las letras de modo vertical, desintegrándose, cuando todo pierde absoluto absoluto sentido...hay 20. Antes no.
20 abejas que perforan las venas engrasadas con el humor del plátano maduro.
20 cobijas sobre la masa celuloide.
Cuando se acepta que un nombre es un código absurdo, porque somos masa, porque tragamos feto con azúcar, hay 20. Antes no.
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