jueves, 16 de septiembre de 2010

MEDIOCRIDAD

Mediocre en grado superlativo, supremamente facilista, vulgar...absolutamente común.
Hoyo pegajoso de la cabeza, obras imprecisas en abstracción o tangibles para golpearse más fuerte contra la realidad. Es futil abrir los ojos ante porcelanas pintadas a la mitad o sobre las letras puestas y nada más.

El punto es que uno puede ser muy muy muy mediocre pero ya es un paso muy muy muy grande el simple hecho de querer cambiarlo.

Solamente que en la transición posiblemente nunca completada se odia intensamente la molestia.