Exhausta y desgastada.
El agua sobre su deteriorada piel.
Las lágrimas se resbalan junto al jabón
Sus pies absorben el frío del baldosín pero ella no lo siente.
Su pelo no es ni un tercio de materia
Sus uñas se han desgastado.
Ahora dónde vivirá el esmalte
Ahora dónde habitará aquel color morado
Ya no tiene medias qué ponerse
Ya no hay esmalte para cubrirlas
Sin ánimo y pusilánime
Se detiene en silencio
Se precipita y hay muchas gotas de agua que se desperdician al caer por el cifón
Las pupilas ya no existen
La toalla rosada no se compara con el ataud.
1 comentario:
Eres una muy buena escritora. Es agradable este tipo de blogs entre tanta basura.
Felicidades.
Publicar un comentario