Fue entonces cuando vi un par de diabólicos ojos.
Me sentía como si tuviera una serpiente en el cuero cabelludo; era desesperante porque no podía moverme y si movía mis pies cortaba el aire. Sí, lo cortaba, se notaba que gemía del dolor cada vez que movía mis piernas tratando de montar en mi mugglebicicleta imaginaria.
Estaba suspendida en el aire en una cripta oscura, húmeda y PELUDA.
Se sentía una insoportable suavidad de pelo de mono y de unicornio sacrificado por todo el lugar. Como si alguien estuviese trapeando tu cabeza con un trapero seco y repugnante con olor a hierbas de paloma y excremento de hamster africano.
Era simplemente desgarrante, como para gritar y llorar, pero no podía, mi gesto era inmutable.
-Así que la daga...fuiste dueña de la daga, pero ¿cómo? ESTA ES SÓLO UNA NENA DE ONCE AÑOS!!!- Exclamó una voz metálica, gélida, malvada. Se notaba que disfrutaba dañando a los otros.
Era el señor tenebroso.
De repente caí al suelo...sonó como si hubiesen caído millones de espadas. Y sentí cómo mis piernas cortaban parte de mi túnica y rasgaban mi brazo, creando una horrible cicatriz sangrante. Yo era un adefesio de cuchillas.
El señir tenebroso me miraba escrutando cada pequeña parte de mi rostro.
- No entiendo cómo puede haber tanto odio dentro de tí.- Susurro, más para sí que para mí.
Fue entonces cuando entró a mi cabeza...estaba viendo todos mis recuerdos...yo ya no me sentía humana, era como una silla en la que cualquiera podia sentarse y pararse encima, incluso escupirle. hubiese querido gritar, hubiese querido morir.
Después se quedó contemplándome, alzó su varita.
- Ádava...- Pero detuvo su hechizo
Una lombriz se retorcía a mi lado.
- Ádava Kadavra- dijo apuntando al animago (sí, la lombriz era un animago, eso lo vine a entender después)
Luego me miró de nuevo y en su cara se destacaba un malévola sonrisa, de satisfacción, de triunfo, casi orgásmica, casi como la de severus , CASI
Y todo mi cuerpo se transformó en hierro, hierro helado. Sentí como algo congelaba mi corazón, sentí cómo voldemort, o una parte de él llegaba a mí.No me sentía humana, pues no lo era. Ahora era metal, una gran escultura de hierro.
Un fuego incandescente me partió en mil pedazos. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! quería gritar, así ahora fuese solo un metal....me cortaron y después, me metieron dentro de un cofre.
¿qué pasaba?
Era un horrocrux, polvo de horrocrux, polvo del horrocrux del alma de Voldemort.
Severus, mi adorado quejicus, cogió el cobre y sacó polvo: las cenizas que ahora eran yo. cogió un poco con su pequeña mano y lo guardó bajo su almohada. El resto lo esparció por el bosque prohibido.
Pasaron los años....
Lilly Evans se casó con James Potter. Fue entonces cuando los ojos de Severus apreciaron con una lágrima a aquella parte del polvo metálico. Sabía lo que pensaba.
Ahí yacía lo poco que quedaba de la niña idiota.
De la única que alguna vez lo amó.
1 comentario:
ohh por dios!!!! simplemente fantastico, estoy como en shock, wao, wao de verdad es una exelente manera de terminar!!, debo admitir que me quedan unas dudas pero que puedo decir aparte de: ¡¡¡ASOMBROSO!!!.
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