¿Lechuguita o "Severita"?

- Lechuguita ¿Qué haces vestida así? ¿Qué te pasó en la carita?
- Eeeeeeh- No tenía ni idea de lo que pasaba, pero de algo estaba segura: había dejado de ser el más sexy de todo Hogwarts.
Era Richard Facebook, el prefecto que se veía siempre en la absurda obligación de protegerme. Se la pasaba espiándome y aún me pregunto si continúa con el sueño muggle de pertenecer a la CIA.
- Es evidente: se tinturó el pelo de negro, ¿qué encantamiento te hiciste?- Preguntó- uy pero te recomiendo que te lo laves un poco…más grasiento no puede estar.
Era Valentina Bermúdez, que también estaba en quinto y en la entrada de la sala común. Creo que salía con Richard. Aún no volvía a ver como yo; seguía viendo diferente. Se preguntarán en qué consistían las diferencias. Pues bien, creo que con los ojos de Severitus las personas se veían feeeas, con muchas impurezas en la piel, pero no solo eso, también podía verse como la hipocresía en sus ojos. Por ejemplo los de Richard tenían tremenda capa gris, los de Valentina eran más nítidos y los ojos de Lily, la idiota pelirroja, eran verdes, pero no verdes como yo suelo verlos, sino verdes realmente verdes, como percibir el verde con la visión, pero no un simple color. Bueno, jamás me entenderían.
- Pero mira Vale, como que se le está quitando el color…Lechuguita te ves muy rara, además estás como pálida, no veo tu color natural…- Dijo Richard observándome demasiado.
- Acabo de recordar que Myrtle me está esperando en el baño, chao- Era la excusa perfecta ahora que me veía como yo.
Pero cuando llegué al baño y me miré al espejo lo que vi fue: ¿Pero cómo era posible? Se supone que Richard me había visto como yo..estoy segura de que no le diría Lechuguita a Severus. Él lo odiaba. Lechuguita jajjaja, tal vez se lo diría para molestarlo, pero igual Valentina…ella también parecía verme como yo, sí.
- Y hoy¿ qué te trae ingrata?- Myrtle casi me mata de un susto al sentarse en mi hombro, igual no pesaba nada.
- Myrtle ¿Cómo me veo?
- Tan fea como siempre¿Por qué la pregunta Lechuguis?- En realidad parecía tener curiosidad, nunca era tan decente.
Al parecer Myrtle también me veía como yo, pero en el espejo…seguía siendo algo así como…¿él?
- Lechugueta, A qué no adivinas las de Severitus…jajaj
- Sí Myrtle, ya sé que sale con la chica Lily. Déjame en paz, necesito pensar.
Imagínense el vuelco que dió mi corazón: en un libro toda la vida oscura que deseaba conocer, en su diario todos los pensamientos que intentaba descifrar. Quería tener ese libro en mis brazos y dormir junto a él, incluso convertirlo en un collar para colgármelo y llevarlo siempre conmigo.
- Dámelo Myrtle, DÁMELO DÁMELO DÁMELO
Era un libro en cuero negro…no me explicaba cómo había llegado a manos de Myrtle. Después de que el fantasma me tirara varias veces al inodoro y de una pelea verborráica la vaina más impresionante, tuve el diario en mis manos y después de transportarme a la triste y arrugada vida del dueño de mi corazón, solamente pude decir: Muerte a Lily Evans.