domingo, 8 de abril de 2012

PREPONDERANCIA DEL INSTANTE

- Dímelo ya, de una vez que no escucharé mañana.
Me fundo en las arrugas de los  felpamente materiales, me fusiono en las curvas
 de las estáticas maderas. Suelo y piel multiplicada.
C. llora.
Hay quienes imploran una fase tres del casi peor proceso.
El elixir del alma se agota. que se entienda que esta última es la mera arena.
No me salen las palabras.
- No sale el trapero de la cocina.
- Y es eso lo verdaderamente importante.
Porque no es justo que a ella se le concedan tantos derechos y placeres, y que consuma la materia viva, entre lanas y enjambres de abejas que imploran una gota de mar, mi azucena rota.
- Se duele.
Se dolía, oh, aquella médula espinal taciturna.
-Cálmame ya, que me angustio más mañana.
Se duele entre las fisuras.
De la lima, del limón, de la fibra del mango.
Azucena,
Cámbiala ahora.
Se vuelve píxeles, se carcome.

No hay comentarios: