miércoles, 24 de noviembre de 2010

PROLONGADA AUSENCIA

Prolongada ausencia, que cubriendo la tarde de tristeza abriste profundos senderos, insaciables vacíos que rodean toda mi imagen corporal.
Prolongada ausencia que me arde y me disuelve, prolongada ausencia que incrementa los umbrales del sentir, del amar con la cabeza, con el pensar, soñar y vivir de las palabras y representaciones simbólicas abstractas.
Mentalmente estoy erguida, pero vivo con la cabeza agachada.
Prolongada ausencia: no me ahorques con la soga que ajustas a mi cuello, no la aprietes, porque el placer es nulo, no me asfixies porque solamente existe aire entre los vidrios que devuelven una imagen muerta mía.
Prolongada ausencia que te ríes con locura y pasionalmente riegas ácido en mi cintura, y a mis ojos los hundiste contra el cráneo, y a mi espalda la repliegas y retuerces sobre la mesa fría.
Es inútil, prolongada ausencia, con tus torturas no me haces ser feliz, con tus torturas me achantas, y me haces sentir aún más la parte inútil de mi existir.

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