martes, 28 de abril de 2009

LA hoja


Todos no veían una hoja como Pablo la veía. Algunos incluso creían que se trataba de un gusano verde y no de LA hoja. Ella era LA hoja, y nada de gusanos, pero lastimosamente nadie podría cambiar los datos de las mentes que veían LA hoja como un super gusano repugnante sobre mil nubes de estiércol. Eso fue lo primero que me hizo tomar el tarro abrupto de miel.

Después el olvido que seremos, el olvido de la clorofila de LA hoja, me hizo regar toda esa miel sobre el pantalón incierto que tenía Pablo. Odio el olvido escurridizo que nos hace perder objetos, sentimientos, datos, personas, HOJAS, para sieeeempre. Y regué la miel sin piedad, ya tenía un poco de babas blancas.

Pero todo terminó con la última de las desgracias: LOS JUICIOS A PRIORI el NOOOOOOOOOOOOO pensar y EXISTIR. ¿Acaso el eterno retorno? maldito seas, no quiero volver a hacer lo que hice. Lo que hice fue...... Tirar la miel a los ojos de Pablo y ¿qué pasó? JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS, alguien pudo volver a ver LA hoja, porque sus ojos quedaron pegados para siempre y en su órgano la glaucoma más melosa del mundo nació como estrella en estado de coma ¿es acaso esto horroroso? o ¿habrá otro Pablo que lo vea como los ojos más dulces ?

Si para mi nada tiene sentido ahora y casi todos, hasta los que más amé han perdido su gracia...sÓlo me queda esperar a que la asquerosa condición cambiante me tranquilice y cubra mis ojos de miel por la intervención de un perro rabioso.

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