viernes, 10 de octubre de 2008

JUEGOS

En esta dimensión radial de la existencia se es como se quiere ser y se siente lo que se quiere sentir.
Muchas veces pienso que no es así, pero basta con hablar de radianes y de grados para convencerme de que el destino no está escrito; se está escribiendo.
Un problema en un zapato mojado, en un charco una carabela de mil pies de entropía...todos los problemas pueden resumirse a una regla mordisquiada por el perrito Spike, si se quiere, si se cierran los ojos y se siente la esencia del universo, si viajamos y encontramos que esto es un juego, hay veces triste, desesperante, insulso, decepcionante, pero a fin de cuentas un juego.
Hay juegos que se recuerdan por siempre, escaleras que se juegan al revés y la diversión está en la actitud con que se lancen los dados.
Nos quedamos sin palabras, se nos refunden las cartas del naipe, pero qué importa si se sigue pensando que se juega, si se sigue jugando con los ojos vendados o hasta comiendo fresas.
El por qué de jugar lo sabemos en el fondo, solamente que no lo queremos ver. Cuándo nos preguntaron si queríamos participar dijimos sí, y seguimos sobre el tablero, así que ¿por qué lamentarse? ¿por qué deprimirse cuando se sabe que queremos jugar en el tablero de ajedrez? la respuesta es sencilla: quisimos ser el alfil color verde y sin trenzas para lamentarnos, para deprimirnos.¿Ahora me entiendo cuando lloro cada hora? No. El juego no es para entender, es para confundirnos más.
Esperando que esta sea una lección para quienes quisieron venir a jugar conmigo.
Martes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

creo que o soy yo o soy el chico de al lado, que tiene martes en la mente, que es lo que la hace escribir para si misma dimelo tu martes, quiero viajar al sur muy al sur martes ta bueno si ves ya me inspiras a escribir o bueno almenos a intentarlo.

me alegra averte conocido